Niños juntando hojas secas

 

Hace años atrás cuando mis niños tenían entre 7 y 9 años y creían que la tarjeta de crédito era mágica, nos dimos cuenta de que, si no les enseñábamos algo de finanzas y del valor del dinero, en el futuro podrían convertirse en niños materialistas y consumistas.

Pero cómo explicarles a niños con mentalidad super tangible lo que es una transacción y que las cosas se ganan con esfuerzo.

Justo estábamos en otoño y empezamos a jardinear. Les propusimos que, si recogían las hojas secas, les pagaríamos $1.000 por cada bolsa de hojas que llenaran y que si juntaban la plata podrían comprarse algo grande en la tienda que quisieran. Además, les prometimos que nosotros le regalaríamos el mismo monto que juntaran.

¡Estaban felices! Realmente pensaban que iban a ser ricos. A medida que pasó el rato, se iban cansando y no quisieron terminar de llenar todo.

Lección 1- Les pagamos por las bolsas llenas, pero lo incompleto no se les canceló ya que el trato era pago por bolsa llena.

Los días siguientes, veían caer hojas y partían corriendo a recogerlas, pero al cabo de unos días ya estaban cansados de trabajar. Nuevamente se les pagó por bolsas llenas.

Lección 2- El trabajo no siempre es entretenido, pero hay que ser responsable para que sea recompensado.

Algunas veces salíamos y ellos llevaban en el bolsillo sus billeteras de material reciclado con sus billetes de mil en su interior. Se lo querían comprar todo, les recordábamos que si se gastaban el dinero, no podrían juntar lo suficiente. De igual forma cayeron en la tentación y los dejamos.

¡Y llegó el gran día! Fuimos a la tienda de Lego. Santi tenía 24.000 y Pablo 20.000.

Santi entró corriendo a preguntar por la caja más grande, la que costaba 256.000 y con una soltura le dijo a la niña que lo atendía que la quería llevar. Ella muy amorosa (y coludida conmigo) le explicó que no le alcanzaba. Impresionado me preguntó cuanto le faltaba y le dije: Esa caja es equivalente a 256 bolsas de hojas y tu solo juntase 12, te falta llenar 244 bolsas. Luego con un poco de cara de frustración buscó algo un poco más pequeño, y así sucesivamente le explicábamos que no le alcanzaba.

Cuando llegó a una caja de 29.990, le dije: "Si no te hubieras gastado la plata en dulces, podrías haberte comprado esta, pero ahora no te alcanza la plata", Finalmente compró 3 cosas pequeñas y se gastó todo.

Lección 3 – Lo que cuesta ganarse cada peso y la importancia de ahorrar.

Pablo quien observaba lo que ocurría con su hermano, estaba impresionado de lo caro de las cosas y no podía creer que una cajita pequeña con pocas piezas costara tanto y reflexionaba sobre todo el tiempo que tuvo que trabajar para llevarse algo tan chico a cambio. Sólo compró algo pequeño y se vino con 16.010 a casa alegando de que eran un robo esos precios y que no gastaría tanto por algo que terminaría botado en la caja de juguetes.

Lección 4- El real valor de las cosas y si se necesitan realmente.

Desde ese momento, todo lo que había que valorar lo transformábamos en bolsas de hojas y de a poco entendieron que la tarjeta se llena con el esfuerzo y trabajo del papá y la mamá.

Además, nos dio pie para explicarles que hay gente que pasa necesidades y que ganan muy poco por “juntar muchas bolsas”. Hicimos la equivalencia de lo que costaba el pan, un plato de comida, la ropa, los juguetes, etc.

La gran lección - Aprendieron que lo importante son las experiencias y que las cosas no dan la felicidad. Los recuerdos de la infancia y de los grandes momentos son nuestra real riqueza.

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